Por orden del juez federal de Tucumán Daniel Bejas, el periodista del diario La Nación y el canal de noticias del Grupo Clarín TN Joaquín Morales Solá deberá declarar como testigo el próximo 21 de febrero en la causa que investiga las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante el Operativo Independencia.
El columnista aparece en una foto −publicada por el semanario Miradas al Sur− frente a una construcción que sería el ex centro clandestino de detención y tortura Escuelita de Famaillá, por donde pasaron más de 2000 presos políticos antes y durante la última dictadura.
Una imagen tomada a fines de 1975, muestra Morales Solá junto a cuatro militares de uniforme a punto de entrar al centro de exterminio. Por aquellos años, el editorialista trabajaba para el diario La Gaceta de Tucumán y era corresponsal del diario Clarín.
Por esta cauda, el magistrado también convocó al actual secretario de general de la Asociación de Prensa tucumana, Oscar Armando Gijena, a prestar testimonio.Según el artículo de Miradas al Sur, uno de los uniformados que aparece en la fotografía sería el fallecido comandante Acdel Vilas quien fue uno de los organizadores del Operativo del Ejército Argentino que persiguió, torturó y asesinó a guerrilleros en Tucumán.
Antonio Domingo Bussi fue quien sucedió a Vila en la conducción del despliegue y luego fue nombrado por la Junta Militar como gobernador de la dictadura en la provincia.
La Escuelita Diego Rojas era un establecimiento educativo rural de las afueras de la localidad de Famaillá donde los responsables del Operativo Independencia instalaron en febrero el primer centro clandestino de detención y exterminio del país. Se estima que en noviembre de 1975, al menos 150 personas permanecían detenidas ilegalmente en el lugar.
Además de juzgar a los responsables de delitos de lesa humanidad, la justicia busca esclarecer el rol de La Gaceta –el principal diario de la provincia− en el armado represivo y en qué grado los militares controlaban a los medios. Se cree que la difusión de datos de detenidos asesinados era parte de una guerra psicológica dirigida por el Tercer Cuerpo del Ejército. Al parecer, el experimento se extendió luego al resto del país con el objetivo de crear la figura de un enemigo “subversivo”.
Joaquín Morales Sola intentó justificar que en el momento de la foto, “tenía 25 años y estaba amenazado por la Triple A. Estaba trabajando, cubriendo un hecho, haciendo periodismo.”
El 26 de julio de este año, el general Acdel Vilas murió impune. “Es más fácil hacer pasar un camello por el ojo de una aguja, parafraseando al Evangelio, que condenar en sede judicial a un subversivo”, escribió en sus memorias el represor quien fue beneficiado por la Ley de Obediencia Debida en 1987. Con la derogación de las leyes de impunidad, el ideólogo del Operativo Independencia logró evadir la justicia con el argumento de “incapacidad mental”. Vilas soñaba con ser gobernador de Tucumán luego del golpe de 1976; sin embargo, su pasado peronista no generaba confianza en la cúpula del ejército.
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