jueves, 20 de enero de 2011

SALLIQUELÓ, UNA CIUDAD SIN MEMORIA


La ciudad bonaerense de Salliqueló conserva como parte de su patrimonio cultural un monumento que reivindica el golpe militar que en 1955 derrocó al gobierno democrático de Juan Domingo Perón, a pesar de los reiterados reclamos de la sociedad civil para que sea removido.

Salliqueló es una ciudad  ubicada a 560 kilómetros al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, que luce en la intersección de las calles 25 de Mayo, Pellegrini y Pueyrredón un monumento levantado en homenaje "A la libertad", que evoca a los artífices de la autodenominada Revolución Libertadora.

"A la Libertad. 1955 -16 de septiembre- 1956. Salliqueló", dice la placa descubierta en el acto que se realizó con todas las fuerzas vivas de la ciudad presentes, un año después del golpe que llevó a la presidencia de facto al general Eduardo Lonardi.

Distintas voces intentaron con su expreso repudio que el intendente radical Enrique Cattáneo -que va por su segundo mandato- retirara la escultura, entre legisladores nacionales, funcionarios, agrupaciones de la militancia peronista, entidades como el Instituto por la Memoria del Pueblo y a los que se sumaron blogs como www.loscanichesdeperon.blogspot.com, que no tuvieron éxito. Tampoco el Concejo Deliberante local -con mayoría radical- dio lugar a varias iniciativas del bloque peronista.

"Para los viejos peronistas como yo, nos duele terriblemente que todavía hoy exista una estatua recordando esa trágica etapa de la historia argentina", sostuvo Sara Derotier de Cobacho, secretaria de Derechos Humanos de la provincia.  Cobacho pertenece a la generación que tras el derrocamiento de Perón formó parte de la Resistencia Peronista, movimiento que luchó por el regreso del líder exiliado bajo la consigna "Luche y Vuelve" contra un régimen que tenía al peronismo proscripto.

"Es inadmisible que algunos dirigentes que se autoproclaman cívicos, democráticos y republicanos, reivindiquen dictaduras criminales que buscaron aniquilar la voluntad de un pueblo", señaló la dirigente y agregó que "el consenso que tenemos que construir entre todos consiste en respetar la voluntad popular y la memoria de quienes dieron la vida por su pueblo, y no proteger el honor de los asesinos".

Para Cobacho, es "difícil de tolerar que aún en 2010 algunas unidades estatales reivindiquen el Golpe de Estado de 1955, con todo lo que tuvo de trágico para los argentinos el previo bombardeo a la Plaza de Mayo, y los antecedentes de sus protagonistas, pero también por las sucesivas participaciones en el golpe de 1976". En ese marco, consideró que "el Estado tiene la obligación de reproducir la cultura democrática y transmitirla de generación en generación, pero también debe ofrecer la misma óptica para interpretar el pasado".El homenaje a las dictaduras que aún se mantiene en pie también fue repudiado por la Cámara de Diputados de la Nación, que el 19 de mayo de 2010 aprobó una resolución en la que "exhorta" a las autoridades municipales a remover el monumento por "constituir un agravio a las instituciones democráticas de nuestra República".

En tanto, Manuel Gallardo, militante y sobreviviente de la Resistencia Peronista repudió que Salliqueló aún conserve el monumento que defiende el golpe de Estado y prefirió atribuírlo a "una cuota de ignorancia y de confusión" que existe en la sociedad local.

Cabe recordar que  en Buenos Aires existe la plaza Miguel Angel Zabala Ortiz (dirigente radical fallecido), que tripuló los aviones que bombardearon la Plaza de Mayo en junio de 1955 y que fuera bautizada por el ex presidente Raúl Alfonsín. Para Gallardo, representa "un honor" haber integrado el semillero de lo que luego fue la Juventud Peronista y que durante los años de persecusión y prohibiciones, luchó por el regreso del general Perón, que se produjo tras casi 18 años de exilio.
 
Cuando se intentó dialogar con el intendente de Salliqueló, Enrique Cattáneo,  se desestimó la entrevista por "cuestiones de agenda".

La Revolución Libertadora disolvió el Congreso Nacional, destituyó a la Corte Suprema de Justicia, prohibió las libertades sindicales y ciudadanas hasta penar con seis años de cárcel ante la sola mención del nombre de Perón, y persiguió y encarceló a dirigentes y militantes políticos. El golpe se produjo 3 meses después del intento de asesinato de Perón, con el bombardeo a la Plaza de Mayo, que convirtió al 16 de junio de 1955 en el día más sangriento de la historia argentina, con casi 400 muertos, cientos de heridos y mutilados inocentes que transitaban por el lugar en horas del mediodía.Los mismos protagonistas fueron los responsables, esta vez con el ex general Pedro Eugenio Aramburu a la cabeza, de los fusilamientos en los basurales de José León Suárez el 9 de junio de 1956, investigado por el escritor Rodolfo Walsh en su obra máxima Operación Masacre.
La Revolución Libertadora se extendió hasta 1958, cuando Arturo Frondizi asumió la presidencia gracias al aporte de votos en blanco provenientes del peronismo proscripto.

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